viernes, 26 de octubre de 2012

SOÑÁNDOTE DESPIERTO. DREAMING OF YOU AWAKE.


Quizás sea demasiado tarde en el reloj de un Londres nocturno y gris como el tuyo, pero no en el reloj de un Nueva York que a veces no me deja dormir. Quizás por eso, a lo mejor la suerte me de uno de sus besos y llegue justo a tiempo para colarme en uno de tus sueños, en ese en el que te hablo de ti y de mi, de los dos. Desearía que así fuera, quiero seguir soñándote despierto. Te quiero susurrar suavemente al oído que añoro tus palabras entrando por mis ojos, tu voz colándose por los diminutos poros de mi piel traspasando aquello que no pueden otros cuerpos. Extraño conocer más de ti, hablar... como por entonces lo hicimos; saber que simplemente estás en este mismo mundo... me basta. Cuando eso pasa, cuando la luz de tu alma me traspasa, nuestro planeta me parece el lugar más bello para vivir a pesar de las distancias. Y eso es lo único que a veces me mantiene erguido a miles y miles de kilómetros de tu mirada. Me paso las horas callado, a oscuras, como si nada, y cuando despierto sueño que estas entre mis sabanas, sorbiendo mi líquido interno, jugando con mi saliva entre tus labios, y música de fondo adornando la no-despedida esta vez. Quisiera que me abrazaras y así no pensar en cuándo te volveré a ver.



Perhaps it is too late by London's clock, dark and grey as yours, but it isn't by New York's, where I sometimes can't sleep. Maybe that's why the lucky want to kiss me and then, I manage to arrive just in time to get in one of your dreams, while you sleep. I get in that dream of yours where I talk to you about you and me, about us. I really like that it happens that way 'cause I want to still dream of you, awake. In your bed, I'm going to whisper softly in your ear that I yearn for your words getting in through my eyes, to my head, your voice infiltrating every pore of my skin, ending up there where others can't touch. I miss discovering you more, talking to you as we did then, knowing that you're in the same world... that is enough for my heart. When I feel that way, when the light of your soul goes through me, our planet seems like the most beautiful place to live in, despite the distance between you and me. And that's the only one thing that sometimes keeps me erect thousands of miles away from your look and heart. I have to confess I spend hours in my bed, quiet and hiding in the darkness of the night, and when I wake up I dream you're under my sheets, sipping my wine, your tongue playing with my tongue, and listening to the music playing in the background, that adorns our meeting in a perfect and beautiful way. This time we won't have to say goodbye, we'll just each other to embrace.


(Thanks to my teacher (and friend) Joel Rufino Núñez from NY. He is such an interesting, admirable and kind person. I already know when I come back to Madrid I'll miss him and his humor. Gracias "Gallego")



Fotografías tomadas la mañana del domingo 21 de Octubre.










(Aún todavía) Extraño el peso de tu cuerpo encima de mi alma.


sábado, 20 de octubre de 2012

FUIMOS ALGO MÁS QUE AMIGOS.


Nos sorprendimos con el devenir de los días, concediéndonos una segunda oportunidad: esta vez, convertida en complicidad compartida auguradora de tan sólo buenos ratos. Atrás quedarían los días en que sentimos que fuimos algo más que amigos, pero siempre sin olvidarlos. Y por delante se presentaba un futuro algo incierto, pero limpio y puro, claro. Ondeamos la bandera blanca en ambos bandos un tiempo atrás no muy lejano. Olvidamos la guerra y cualquier tipo de enfrentamiento que nos hiciera más daño. Nos dedicamos, por caminos separados, a continuar con nuestras vidas y sin pretenderlo el destino nos arropó de nuevo en sus brazos. Reinventamos un nuevo tipo de relación personal entre nosotros: una basada en el cariño, pero no en cualquiera, sino en ese cariño que le tienes a una persona a la que le confiabas tú corazón y que, por razones desconocidas y ajenas, el tiempo truncó.

Todo aquel tiempo ausentes, solos, en compañía de otros, fue crucial para entender la importancia que tuvo aquel cruce de caminos. A partir de entonces, las palabras externas necesitaban más fuerza para ser creídas, las miradas desconocidas necesitaban ser fieles cómplices de una bondad construida, y el sexo fugaz requería de algo más que carne pura y viva, más que de atracción física y brutal. Quedaron bien impregnados a nuestra historia los besos y los abrazos y eso se hizo de notar. Tan bien se cimentaron los momentos que vivimos en el recuerdo que después de aquello, he de confesar, te nombré en innumerables ocasiones. Te confundí en el verde de las plantas y en el azul de los mares, te busqué de manera incesante entre las estrellas y me ahogué llorándote. Te dediqué mi absolución. Me brindaste tu sonrisa a modo de perdón. Y no hizo falta más.

Aún a veces todavía me pregunto qué sería de nosotros si no nos hubiéramos encontrado nunca de una u otra manera; quién habría venido a mantener viva la ilusión de que un día, quizás, apareciera alguien que despertara de nuevo mi corazón. De no ser tú, no me gusta imaginar cómo podría haber sido. Y hay veces, también, que imagino, tan sólo por imaginar, los días no vividos entre los dos. Aquellos mismos días que se nos quedaron anclados en el intento, que nunca llegaron a ser lo que fuimos nosotros sin ellos. Fuimos algo más que amigos. Y ahora, después de tantas tormentas, de días de incesante niebla, de frío que cala en los huesos y de dudas que atraviesan los sesos, y tras nuevos despertares de emociones, de calores y sabores, de personas con nuevos nombres, yo te doy gracias por hacer de tu presencia una verdadera luz en mi camino, por hacer resultar la ecuación perfecta de que al parecer los antiguos amantes -verde y azul.- algo se complementan.


Fotografías tomadas desde Manhattan Bridge la tarde del 20 de Octubre de 2012.













miércoles, 17 de octubre de 2012

MI HOGAR ESTÁ ALLÍ DONDE ESTÉ MI APELLIDO.


Cómo duele el aire que respiro ahora que vamos en direcciones opuestas. Cómo duelen las despedidas que alejan corazones ansiosos de historias compartidas. Cómo se agotan mis niveles de oxígeno ahora que despegas. Cómo puede esta distancia hacerse tan inmensa...
Por evitar todo este dolor que inunda por completo mi latir, lo habría cerrado todo, maletas incluidas, dejándolo archivado hasta la próxima y me habría metido sin pensarlo en ese avión con ellas. Habría abandonado mi sueño por poder soñar de nuevo a su lado. Quedé preso de ese aire de familia que desprendían en cada de una de sus miradas, en cada una de sus sonrisas. Descubrimos juntos la ciudad, y su paz y su guerra me devolvieron de nuevo a mi vida. Pero pasaron los días volando en el tiempo de un reloj que aún no se aclara si aquí es de día o allí es de noche. Se alimentó mi cuerpo fugazmente de sus palabras, que aún a veces calladas, lo decían todo. Y volví a sentirme puramente querido, con la calma de saber que hay alguien en este mundo que cuida de mis sueños como si el pálpito de su corazón dependiera de ello. La sensación de sentir que son parte de mi sangre, de mi ser, me hizo reconstruirme de nuevo y entender que no hay más cuando se trata de mi familia.
Me dejaron la casa revestida con palabras y colores, con olores y sabores. Así, con todo ello, recordé una vez más lo que nunca olvido: no me olvido de donde vengo y dónde tengo mi casa, mi hogar digo. Mi hogar está allí donde esté mi apellido. Esa es mi frontera. Y ellas y ellos, los que habitan en ese territorio son, sin duda alguna, la más bella tierra por la que camino.



Fotografías tomadas la semana del 7 al 14 de Octubre en Nueva York.










  
ELLAS son sólo el pedazo representativo de un montón de personas que están al otro lado del océano, y que sangre de mi sangre, o sangre de mi sentir, me faltan en mis días. Pero todo tiene su tiempo, y pronto volveré para disfrutar de cada uno de sus momentos.

martes, 16 de octubre de 2012

BRILLA EN NUEVA YORK.


Hoy Nueva York se viste de ti, de tus sueños, de tu vida. Hoy brilla en Nueva York tu sonrisa. Hoy me siento tan pequeño e injusto... Yo sólo quería que un pedazo de mi sueño se hiciese realidad en tu recuerdo.


















En recuerdo de Sandra.

sábado, 6 de octubre de 2012

MI ÁRBOL DE HOJA PERENNE.


Cambió la estación. Pasó el tren y el verano se esfumó demasiado rápido, como un abrir y cerrar de ojos, como el tiempo que tuvimos para desnudarnos. Hasta pronto nos dijimos, todo se fue volando. De golpe vino el calor y su vida, pero tú estabas lejos y eso mi alma lo sentía. Aún recuerdo cómo los rayos de sol penetraban en cada poro de mi piel mientras ardía en llamas tan solo de recordarte saboreando cada parte de mi ser. ¡Qué sensación tan maravillosa sentirte dentro! El calor de tus abrazos duró todo la estación estival y así es como sobreviví: arrastrando el aroma de tu risa por mis labios. Mis manos dolían ya de pensarte tanto y mi corazón derretía la sangre coagulada. Cada paso en mis días se sumaba a mi interior y crecía pensando que pronto, algún día quizás, te encontraría y volveríamos a vernos. Las noches se cubrían de estrellas que iluminaban mis sueños y todo brillaba de nuevo. Viajaban con la brisa del verano las palabras que a miles de kilómetros me dibujabas en forma de postal. Y así fue como me acostumbre a ti, a la magia que nació del choque de partículas, de encontrarte en mi destino. Pero llegó el otoño y todo empezó a cambiar de color. Tuve tanto miedo de extrañarte y no volver a verte que agoté el tiempo en una jaula dorada pidiendo auxilio a tu vida, a tu mirada. Empezaron a desprenderse las hojas de todos y cada uno de los árboles. De todos menos uno. El otoño te guardo consigo, y con el sentimiento que me mantuvo erguido, mi árbol de hoja perenne. Jamás se rindieron mis ganas de besarte lento en cada arruga de tu cuerpo, en cada rincón de tus entrañas. Encontré la escapatoria en tus suspiros. Y de nuevo, mantuve guardada en un hueco de mi corazón, la esperanza por volver a vernos.


Fotos tomadas en Prospect Park, Brooklyn el 06 de Octubre de 2012.