Se
suponía que tenía que salir aquí y decir todas las cosas bellas que espero de
este día, y todo lo bueno que les deseo, que os deseo, a los dos. Pero mi folio
seguía en blanco hasta esta tarde. Iban pasando las hojas en el calendario y
según se acercaba este día, peor. Sentía más presión por escribir algo que
fuera digno de una celebración así. Tanto agobio que ayer le escribí a la
novia, a ella, a ti mi E, para decirte que me sentía fatal por no poder
dedicarte las palabras que creo mereces. Toda la felicidad que me da saberte
feliz. He estado apurando hasta el último momento a ver si la inspiración me
visitaba, pero nada. Hace unas horas he decidido desistir en mi intento. Y
entonces, con un nudo en la garganta y la emoción visible en los ojos, lo he
entendido. He entendido que el amor no necesita nada de eso. El amor no es
presuntuoso, ni barroco, ni siquiera es sobrecargado. Tampoco es perfecto ni
calculador, ni está programado. El amor... El amor es una cosa simple, que a veces
queremos complicar, nosotros los humanos. Pero es simple porque nos hace la
vida mejor, y muchos de los aquí presentes lo sabemos bien porque hemos vivido
rodeados de amor. Por eso hay que sentirse felices y afortunados.
Al
igual que vosotros dos. Veréis a qué me refiero.
Llevamos
meses preparándonos todos para el gran día, para pasar tan sólo unas cuantas
horas juntos. Derroche de dinero que si en el banquete, que si en el traje, que
si..., que si..., que si... A simple vista hay muchos que dicen que es estúpido
e innecesario, que no vale la pena, y que todo eso se agrava mucho más en estos
tiempos que corren. ¡Ay esta crisis que nos quiere nublar también el corazón...!.
Nada más lejos de la realidad. Si dejamos de celebrar el amor, entonces... ¿qué
nos queda?. Olvidemos por un rato todas las preocupaciones y los agobios, el
dinero y la farsa, los dolores y el pasado, y disfrutemos de este maravilloso
presente.
Gracias
a los dos por parar por un instante nuestras vidas y juntarnos para recordarnos
que siempre hay esperanza, que el amor siempre espera en la puerta, o si no en
la ventana. Gracias por reunirnos para veros radiantes y vernos llenos de
belleza, cantando y bailando, y bebiendo, vestidos de gala, de la rutina
saliendo. Gracias por alegrarme la mirada al hacerme entender con vuestra unión
que el amor nunca se destruye, se transforma, en otras miradas, de otras
personas, buscando su sitio, dando sentido y siendo respuesta. Gracias por que gracias
a vosotros hoy miro alrededor y sólo veo un Arce lleno de vida creciendo en mí,
feliz y pleno, recordando a los que hoy no están y sonriendo por todos ellos, y
por todo lo que queda por venir.
Yo
no quiero desearos lo típico: eso de que os queráis para siempre. Yo os deseo
que os queráis sana y locamente siempre. Que no os queráis mucho, pero sí que
os queráis mejor. Y que hagáis el amor y que el amor os haga la vida más simple,
que agrande vuestra alma, que le dé más vida a vuestras vidas, que venga
cargado de futuro incierto, pero expectante y bello.
¡Viva
los novios!
Fotografías tomadas el día 26 de Julio de 2013 en la boda de Lydia y Rober.