Llevo tiempo dándole vueltas, cambiando de tuerca,
mirando nuevos detalles en las pequeñas cosas, en las cosas más simples y
bellas... no sé si saben qué bien sabe la vida cuando se saborea de veras.
Llevo tiempo luchando a capa y espada, con la palabra
y con la mirada, con el latido de mi corazón sincero, para que quede claro que
lo que de verdad importa en esta tierra es lo humano; eso es lo más natural y
verdadero.
Llevo tiempo alejándome de la conformidad, del
adiestramiento de cerebros por parte de los gobiernos, de las mentiras con
patas, de aquellos que no son ellos, que son robots perfectos, que no se
desnudan, que no muestran sus miedos, que no dicen ni lo siento ni te
quiero.
Llevo tiempo negando con todas mis fuerzas, apretando
los puños y la mandíbula, manteniéndome firme e inamovible en esta trinchera
que adopto por casa, porque no pienso rendirme; creo que el amor es la pregunta
y la respuesta.
Hablo de un amor puro, uno que no levanta muros, que
no cierra puertas, que no corrompe ni coarta libertades, que no destruye
hogares, que quema el dinero a base de un beso sincero, que cura el dolor de
una pérdida con un abrazo eterno, que ríe por las noches con la almohada, que
sonríe cuando puede a duras penas, un amor que quiere y respeta... sólo el amor
sabe cómo sabe.
De verdad, somos humanos, y no voy a parar
hasta que desaparezcan todas las banderas. Quiero un mapamundi limpio, sin
heridas de guerra, sin fronteras que me hablen de quién tiene más suerte por nacer en un punto o en otro de este planeta. No voy a cesar hasta
que relajemos el ceño y respiremos algo más de vida, hasta que cada día en
cualquier parada de autobús me encuentre una sonrisa que me sonría. No voy a
abandonar a pesar de que esta sociedad deshumanizada de valores, perdida de
sentimientos, comprada con dinero, trate de convencerme de lo contrario.
Por eso, detengan por un segundo su mundo, quítense
esa absurda careta, relajen las facciones de su cara, y sean puramente felices;
sean cómo sean.
Es todo tan sólo una cuestión de tiempo, y puede que
en menos de un suspiro la vida se aleje, tal como la conocemos. Por eso ya no
vale dejarlo para otro momento, llenar una hoja de buenos propósitos solamente
cuando llega el año nuevo, ni aplazarlo con intereses para dentro de unos
cuantos futuros inciertos. Hoy es el momento preciso y el lugar correcto. Hoy,
es el regalo más bonito que tenemos.
Fotografías tomadas el 27 de Octubre de 2013 en San Sebastián de los Reyes, Madrid.
Fotografías tomadas el 27 de Octubre de 2013 en San Sebastián de los Reyes, Madrid.