Hay un puente que cruza
mis sueños, que va de Manhattan a Brooklyn, que acerca mi corazón con tus
besos, que me lleva hasta tu recuerdo. Este puente, marcado por el paso del
tiempo, aquel en que apenas nos conocimos, el mismo que aún tenemos para conocernos,
aguanta uniendo corazones sin dueño. Supongo que el brillo del sol que en sus
anclajes se refleja no es mera coincidencia, sino una señal más de que tu ausencia
se hace presencia brillando en mi latir. Y el agua de río que bajo él camina,
calma mis sentidos y me habla de tu risa, de tus besos, de tus miradas a
escondidas en aquella habitación de Madrid. Y la gran ciudad que se vislumbra a lo lejos, cargada de humo y
de ruido, me viste con tus sentidos, con tus caricias, con tus historias,
aunque hoy no estés aquí.
Me siento en la orilla a esperar y mientras tanto te extraño tanto en este puente me conecta con tu vivir. Espero, por esperar, aquí con los brazos abiertos, a que me digas que sí, que volveremos a vernos, que me abrazarás de nuevo en Madrid.
Fotos tomadas en New York en Septiembre de 2012.
Me siento en la orilla a esperar y mientras tanto te extraño tanto en este puente me conecta con tu vivir. Espero, por esperar, aquí con los brazos abiertos, a que me digas que sí, que volveremos a vernos, que me abrazarás de nuevo en Madrid.
Fotos tomadas en New York en Septiembre de 2012.
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