Amanece en Nueva York
un nuevo latido de mi corazón, sin miedos, sin compromisos, dedicado, sin
prejuicios, a descubrir la esencia de un cuerpo que difiere de mi color de piel;
no tanto de mis sentidos. Dispuesto a compartir historias que me agranden el
alma y romper con todo aquello que temía por desconocido, allá voy, hacia el abismo.
Dulce precipicio este que acaricia mi ser, haciéndome enloquecer con tan
inesperado encuentro. Negro sobre blanco, o blanco sobre negro, qué más da, si
hace nuestra charla consumir las horas como una vela funde su materia, dando así luz
a una habitación en penumbra que habla de la vida que tenemos por contar. Qué
curioso vivir en el mismo planeta.
Tu olor aún me persigue a pesar de que te
hayas marchado hace un rato. Todavía sigo vagando entre la noche y el día, tratando
de conciliar el sueño tras el orgasmo. Este juego de palabras que nos ha tenido
en vilo me ha abierto la mente y los sonidos. Mi boca ha danzado sobre tus
labios, mis manos han abrigado a tu espalda, y tu vientre, color chocolate, se
volvió blanco al acariciarme de esa manera.
Descubrimos juntos un mundo de diferencias y con tu nariz en mi nariz despertó un tierno y nuevo sentimiento en mi marea. Compartí contigo mi más pura inocencia de niño enjaulado y mostraste tu más absoluta admiración ante mi presencia. Nos declaramos, desde el principio, amigos de lo desconocido que se nos mostraba ante nuestras miradas, y a pesar de que a ratos me esquivabas, nos reímos, y le diste un nuevo sol a mis días en la ciudad que nunca descansa. Espero que el destino te cuide en sus brazos, amigo. Espero que tu sonrisa viaje a menudo conmigo.
Descubrimos juntos un mundo de diferencias y con tu nariz en mi nariz despertó un tierno y nuevo sentimiento en mi marea. Compartí contigo mi más pura inocencia de niño enjaulado y mostraste tu más absoluta admiración ante mi presencia. Nos declaramos, desde el principio, amigos de lo desconocido que se nos mostraba ante nuestras miradas, y a pesar de que a ratos me esquivabas, nos reímos, y le diste un nuevo sol a mis días en la ciudad que nunca descansa. Espero que el destino te cuide en sus brazos, amigo. Espero que tu sonrisa viaje a menudo conmigo.
Fotografías tomadas en Central Park el día 26 de Octubre y en Soho/ Noho el día 4 de Noviembre de 2012.
Puede que todo lo blanco se vuelva negro, alguna vez.
Puede que todo lo negro se torne blanco, alguna vez.
Puede que la guerra de la piel nos termine por vencer.
Disfrutemos de la mezcla de colores, por esta vez.
Y mientras podamos.
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